Planificación de las medidas de seguridad y rescate

Para garantizar la máxima seguridad en aquellos proyectos que se realizan en entornos complejos y de difícil acceso, en ALTTION evaluamos los posibles riesgos, planificamos las medidas de seguridad oportunas y realizamos simulacros de rescate.

Simulacro de rescate realizado por ALTTION.

La planificación previa es clave para poder dar una respuesta rápida y adecuada en caso de un posible accidente. Por ello, además de seguir todas las medidas de seguridad oportunas, es imprescindible establecer y emplear procedimientos de trabajo y rescate, así como planificar equipos de rescate específicos.

Y para garantizar la máxima seguridad y evitar la improvisación en caso de un posible accidente, en ALTTION planificamos con todo detalle las medidas de seguridad y rescate para realizar cualquier proyecto considerando los siguientes aspectos:

  • Procedimiento de Trabajo: se contemplan las diferentes fases de trabajo, materiales y medios humanos necesarios.
  • Evaluación de posibles riesgos: en función del entorno y de los trabajos a realizar.
  • Equipos y procedimiento a seguir: se identifican los equipos necesarios y el proceso a seguir para realizar un correcto rescate en función de los riesgos identificados.
  • Formación: nuestros trabajadores están formados y entrenados en la realización de rescates, además de realizar simulacros previos a la realización del trabajo.

Simulacro de rescate en un complejo hidroeléctrico

Una vez evaluados los posibles riesgos y establecidos los procesos de trabajo y rescate, antes de proceder a realizar los trabajos de preparación de superficie y a la aplicación de un sistema de anticorrosión en un complejo hidroeléctrico de Valencia, la división de ALTTION Rope Access planificó y ejecutó un simulacro de rescate.

Para ello, se dividió la zona dos fases:

  • Fase 1: tubería forzada con un diámetro de 5 metros y una longitud de 178 metros con 23,5º de inclinación.
  • Fase 2: tubería forzada con un diámetro de 5 metros y una longitud de 283 metros con 36,6º de inclinación.

La principal dificultad detectada fue la gran longitud y el desnivel, pero uno de los laterales disponía de una pasarela con peldaños, descansos y barandilla, y el otro únicamente con escalones de obra.

Instalación y preparativos

Para llevar a cabo la actuación de rescate, se instalaron anclajes con fijaciones mecánicas, según requisitos EN795-A, en las zonas superiores de ambos tramos de la tubería y se acopiaron las cuerdas (EN1891) necesarias.

Se dispuso de una camilla de rescate, ubicada en la instalación del punto de anclaje más elevado para, en el caso de uso por emergencia, realizar únicamente el descenso hasta el lugar del accidente. Para facilitar el descenso, se fijó la camilla a un carro.

Por las dificultades de evacuación en la parte más baja de la tubería, se optó por el montaje de un andamio para facilitar la evacuación del herido por un tendido instalado previamente para el descenso guiado.

Previo al descenso

La maniobra se llevó a cabo por parte de 3 técnicos de acceso y posicionamiento mediante cuerdas formados según requisitos de RD2177/2004.

Se trabajó siguiendo el protocolo P.A.S. (Proteger, Avisar y Socorrer), basado en estos 3 principios básicos a seguir frente a cualquier emergencia:

Proteger tanto al accidentado como a las personas que lo socorren

Avisar una vez que la zona está segura, aportando la máxima información sobre la persona accidentada, las características del accidente y posibles riesgos presentes, como explosión, escape de gases…

Socorrer después de tener claro que el entorno es seguro y de haber avisado a los servicios de emergencias. En los casos en que hay más de un accidentado, se establece una prioridad de actuaciones, atendiendo primero los que están más graves.

Maniobra de rescate

El descenso se llevó a cabo por la parte inferior de la tubería, la zona con menos obstáculos.

El primer técnico rescatador utilizó el dispositivo de regulación por cuerda, según EN12841-C, EN341 (descensor), hasta llegar a la camilla de salvamento, el punto donde se ubicó al herido (una carga de 60 kg). Mientras que los otros dos técnicos colocaron y fijaron al accidentado en la camilla siguiendo en todo momento los requisitos e instrucciones del fabricante.

En todo momento se utilizó un sistema de comunicación continua (walkies), con órdenes directas. Durante la maniobra de descenso, se asistió al accidentado en todo momento para asegurar una trayectoria adecuada y segura con una cuerda de retención.

El cambio de puntos de anclaje durante el rescate, se realizó mediante transferencias de cuerdas, asegurando en todo momento la camilla. Y, después de cada tramo, y ya hecha la transferencia de cuerdas, los técnicos de rescate se fueron relevando durante la manipulación del descensor. De esta manera se agilizó el proceso, manteniendo la calma en todo momento y la continuidad del descenso para no demorar la evacuación.

Tras llegar al tramo final y situar la camilla en la plataforma superior del andamio, los técnicos conectaron la camilla de salvamento al sistema de descenso guiado. Finalmente, dos técnicos recibieron la camilla en la cota 0, donde ya podría hacerse cargo el personal médico previamente avisado (P.A.S.).